Corregimiento San Antonio de Prado

Su proceso histórico estuvo marcado por arrieros comerciantes de tabaco, aguardiente y extracción maderera, actividad que se incrementó entre 1.920 y 1.940 por la construcción de la carretera a Heliconia y Armenia. En los años 50’s estas poblaciones fueron azotadas por la violencia política, generando un éxodo significativo hacia la cabecera de San Antonio de Prado, que posteriormente sufre serias transformaciones por influencia de la industrialización de Itagüí y Medellín.

En las décadas de los 80’s y 90’s se da una expansión urbana hacia la periferia de Medellín, este corregimiento se erige como destino y reserva de vivienda de interés social, duplicando su tasa de crecimiento y el área de su cabecera. Actualmente parte significativa del territorio de San Antonio es catalogado como suelo de expansión.

En San Antonio de Prado las dinámicas históricas están ligadas a la quebrada que lleva el nombre heredado de Doña María de Quezada, que en 1.916 recibió estas tierras pertenecientes a Santa Fe de Antioquia y que iban desde Ancón hasta Itagüí. Para 1.860 el territorio de este corregimiento estaba adscrito a Itagüí y en 1.963, mediante Acuerdo No. 52 pasó a ser corregimiento de Medellín.

El territorio de este corregimiento de 60.4 km2, está conformado por ocho veredas: Potrerito, Yarumalito, El Salado, El Astillero, Montañita, La Verde, La Florida y San José, y por la cabecera urbana.

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