Una familia que le hizo frente al COVID-19

La historia de Luis Alfonso Zapata, es seguramente, la de muchas personas de la ciudad y el país, que han pasado por la pérdida de un ser querido en medio de esta pandemia. Hoy nos cuenta su testimonio con la intención de dejar un mensaje claro: seguir cuidándonos para hacerle el quite al COVID-19.

Luis Alfonso Zapata tiene 55 años, es mensajero independiente, pero antes de serlo, trabajó en la industria de la confección por cerca de 10 años.

El 5 de septiembre del año pasado su papá, Carlos Zapata, tuvo un accidente casero y dos días tuvo que ser hospitalizado. Posteriormente, su hermano se empezó a sentir mal, y el 13 de septiembre fue también hospitalizado al ser diagnosticado con COVID-19.  

“Mi padre no soportó y falleció. Su sepelio fue el 16 de septiembre y pude acompañarlo en la última despedida mientras mi hermano estaba en la clínica. En medio de las honras fúnebres, empecé a sentir los síntomas y el resultado de la prueba fue positivo. Yo estuve en observación desde el 18 de septiembre hasta el 5 de octubre”, cuenta don Luis.

El 7 de octubre por la gravedad de la infección, los médicos decidieron pedirle permiso a la familia para ser entubado.

“Yo veía a mi hermano todos los días por las cortinas. Los médicos me insistieron en que yo debía visitarlo, hablarle y decirle algo para que él se sintiera apoyado, pero el miedo no me dejaba y no fui a verlo antes de que me entubaran”, cuenta don Luis, quien finalmete fue dado de alta el 5 de diciembre. Ese día tomó fuerza y fue a ver a su hermano, quien continuaba en estado crítico.

“Fue una situación muy traumática. Uno querer hablar con su hermano y no poder comunicarse, es muy duro; pero él ya podía abrir los ojos, entonces, todo fue por señas y fue muy difícil. Le dije que yo ya estaba mejor, que me iban a dar de alta y que lo esperaba en la casa”.

Sin ambargo, dos semanas despúes, el 19 de diciembre, su hermano falleció a las 10 de la mañana. “A mi no me dijeron de la muerte de mi hermano sino hasta las 2 de la tarde de ese día y la verdad me dolió mucho, pero yo me lo presentía”, dice.

A pesar de sobrevivir al virus y tomar todas las medidas de bioseguridad, su esposa también se contagió, ella estuvo cuatro días en cuidados intermedios y los hijos de ambos, que también fueron portadores del virus, tuvieron síntomas muy leves y los pudieron tratar en casa.

Así mismo, su mamá Aurora, de 77 años se contagió, pero estuvo asintomática.

Como la historia de la familia Zapata, hay muchas en Medellín, que sufren la pérdida de uno o varios integrantes a causa del COVID-19 y es en ese momento donde la ayuda de los profesionales como psicólogos y psiquiatras es fundamental para la recuperación.

Superar el duelo

María Isabel Jaramillo Álzate, es psicóloga clínica y nos contó que “la pérdida de un ser querido es algo que siempre va a doler. Es un proceso que toma tiempo y además de la ayuda de los profesionales, la familia toma un papel muy importante, porque entre todos se pueden ayudar para superarlo. También se debe entender que la culpa no fue del uno ni del otro. Ver videos y hablar de la persona fallecida es una terapia fundamental en este proceso porque honra la memoria de los que ya no están”.

Don Luis perdió 28 kg de peso, su voz quedo afectada por todos los procedimientos y la movilidad de la mano derecha se redujo. En este momento él está en terapias físicas, respiratorias, psicológicas y psiquiátras. Tiene incapacidad hasta el 29 de abril con posibilidad de que se extienda por al menos 4 meses más.

La recomendación es permanente: usar tapabocas, lavarse las manos constantemente y tener el distanciamiento social de dos metros, son acciones fáciles con las que podemos prevenir el virus y así evitar que historias como la de don Luis se sigan presentando.