Beatriz, la tía de todos

En lo alto de Robledo Kennedy, en esa parte conocida como ‘La loma de los negritos’, comienza a dibujarse el relieve de un sector consagrado a un héroe de las masas, Jorge Eliécer Gaitán, prócer asesinado en abril de 1948, y al que muchos, incluso en ese barrio que lleva su nombre, todavía añoran.

Se le llama ‘Loma de los negritos’, según dicen, porque fue un sector colonizado por familias afrodescendientes que vivían en parajes aledaños a los rieles del abandonado Ferrocarril de Antioquia, y que, junto a otros colonos, fueron los primeros en encumbrarse en esas montañas del noroccidente de Medellín.

El barrio fue fundado en 1982, no sólo por los afros, sino también vecinos como Héctor Vásquez y Roberto Álvarez quienes, una vez instalados, comenzaron a gestionar el agua, la electricidad y las vías del sector.

Eran tiempos de mangas, de barro, de mucho sacrificio.

Beatriz Elena Álvarez, a quien apodan de cariño ‘La Tía’, es la actual presidente de la Junta de Acción Comunal, y se sabe todas esas historias desde que llegó a la falda, hace más de 24 años.

“Siempre tuve ese afán por el liderazgo, por ayudar a los demás. Mi mamá era líder en Amagá, en la vereda Camilo C, y yo le ayuda en cada cosa que emprendía. También hice parte de grupos juveniles, y de los boy scouts”, cuenta Beatriz, quien comenzó en la Junta como secretaria y fue subiendo peldaños hasta encargarse de la presidencia.

“Esto me gusta. La participación ciudadana es fundamental en el desarrollo de las comunidades, porque desde ahí parte la gestión, la formación y el desarrollo. Con el presupuesto participativo, en esta zona, hemos logrado grandes avances en empleo, salud y educación”, expresa.

No niega, ‘La Tía’, toda la ayuda que ha recibido por parte del Secretaría de Participación Ciudadana, articulada, no faltaba más, con otras dependencias de la Alcaldía de Medellín.

“Con la Secretaría hemos tenido mucho apoyo en fortalecimiento y en formación, no en lo económico. El año pasado nos postulamos para los premios comunales y quedamos segundos en categoría de solidaridad. Con la ayuda de ellos también hacemos la Feria de la Paz y la Convivencia, y la Fiesta de los Indígenas, que son muchos por acá”, señala.

Beatriz quiere postularse para un periodo más como presidente de la Junta de Acción Comunal del barrio Jorge Eliécer Gaitán. Asegura que faltan muchas cosas por hacer, y que la comunidad confía en ella para llevarlas a cabo. En cada Día Blanco que se ha celebrado desde que asumió el liderazgo de su sector, sus vecinos no han dejado de acompañarla, rompiendo récords de asistencia como el de hace unos días, cuando, de 116 afiliados, se presentaron, virtualmente, cerca de 90.

“Acá funciona la democracia, porque, en todo caso, las Juntas de Acción Comunal son bastiones de la democracia, de la participación ciudadana, de la solidaridad”, dice Beatriz, quien, además, resalta la importancia de hacer un buen control social sobre lo público.

“La gente debe interesarse por lo que pasa en el barrio, por las obras que se hacen y por cómo se usan los recursos”, asiente.

El Jorge Eliécer Gaitán, con su ‘Loma de los negritos’, es uno de los sectores más diversos y alegres de Medellín, donde el liderazgo comunitario se nota en cada poste de luz, en cada edificio que se levanta, y donde también se aprecia la presencia de la Alcaldía y de sus secretarías.