¿Qué está leyendo la gente?

Terminó la Fiesta del Libro y la Cultura 2021 con un balance muy positivo para sus organizadores. Antes de irnos, hablamos al azar con varias personas para conocer sus gustos literarios y su opinión sobre este evento.

La Fiesta del Libro y la Cultura llega a su última página luego de un recorrido de diez días, en donde las letras, las palabras, los versos, los poemas y las narraciones, embriagaron con su lenguaje al público asistente que, día a día, se hizo presente en el Jardín Botánico para disfrutar de las diferentes actividades allí programadas.

En este último recorrido -antes de cerrar del todo este libro que nos concentró durante estos días- quisimos indagar un poco con la gente sobre sus preferencias de lectura y sobre este evento. Esto fue lo que nos contaron

Gustos para complacer a todos

Carolina Echavarría, vive en Santa Cruz, tiene 16 años y vino acompañada de dos de sus amigas del colegio de María, en donde cursa décimo grado.“Me interesa mucho involucrarme en los eventos culturales que la ciudad hace y donde se invita a los jóvenes a que vengamos a estos lugares a inspirarnos, a buscar otros caminos”.

Nos cuenta que le gusta la ficción, la aventura, el romance y los libros sobre temas relacionados con lo político y con la historia. “Leo por gusto propio más o menos unos tres libros al año, no relacionados con la obligación académica, pero hay varios que los empiezo y no los termino, dependiendo de cómo me siento con la lectura y de cómo me vaya envolviendo; eso hace que lo siga leyendo o no”.

Samanta Argáez tiene 12 años, vive en Bello y es estudiante de octavo grado en el colegio Loyola de Castilla. Confiesa que le gusta este evento porque es una manera de compartir y de convivir con otras personas y porque hay muchos libros y le encanta la lectura. “Me gustan los romances adolescentes, los de terror y los siniestros; leo unos cinco o seis libros al año y me agrada que sean largos porque siento que tienen una mejor trama y son más completos en las historias que cuentan”.

Seguimos buscando personas para conocer sus gustos literarios y nos topamos con Sebastián Gaviria. Él es Maestro en Filosofía, de 35 años de edad y nos dijo que había comprado un libro de Thomas Wolfe, uno de poemas de un escritor catalán y otro de poemas raros, de un autor argentino llamado Leonidas Lamborghini. Nos manifiesta que al año lee unos 60 libros entre diferentes géneros, siendo la poesía algo que le llena bastante. Sobre la Fiesta del Libro y la Cultura opina que “es un evento muy organizado y es delicioso volver al encuentro con los libros, con las palabras, con las personas y reactivar otra vez el mundo de la literatura me parece buenísimo”, concluye, mientras sigue mirando libros en las estanterías.

“Estoy leyendo unas historias de Carlos Castro Saavedra”, afirma Manuel Suárez Ramírez, pensionado, con 64 años a cuestas. “Estoy pendiente de leer o más bien de repasar unos libros de Gabriel García Márquez que tengo guardados hace tiempo”. Expresa que ya había venido en años anteriores y que “me parece que la gente necesita este tipo de eventos, a pesar de la situación de salud que estamos atravesando, en especial la gente joven. Este es un evento que la ciudad necesita. Yo vengo casi todos los años”, nos dice enfatizando las palabras con sus dedos.

La opinión de un expositor y un tecnólogo

Buscamos también el concepto de alguno de los expositores y para ello acudimos a Juan Esteban Hernández, quien labora con una de las casas editoriales más reconocidas en la ciudad y el país, presentes en la Fiesta. “La gente está leyendo mucho, en particular  temática de historia y novelas históricas.  El autor que más hemos vendido en nuestra editorial es el doctor Carlos Jaramillo, con su libro ‘Como’ que trata temas de salud, de cómo alimentarnos y qué alimentos debemos consumir; pero todos están leyendo; los niños, los jóvenes y los adultos están consumiendo muchos libros de cultura y de historia”. Al consultarle sobre la Fiesta del Libro y la Cultura resalta que: “este evento es excelente, aquí no vendemos libros, aquí vendemos es cultura y conocimiento”.

Jorge Mario Pérez es tecnólogo electrónico y tiene 48 años de edad. Prefiere los libros de liderazgo, crecimiento personal y algo de economía.  El líder que no tenía cargo de Robin Sharma, fue el texto que eligió para llevarse a casa y nos relata que al año se lee unos tres libros. De la Fiesta opina que: “es muy importante, está muy bien organizada y todo está muy limpio”.  Y nos hace un apunte final, mientras se despide saboreando un café.  “Creo que la gente está leyendo menos el libro físico y que han aumentado las lecturas de libros descargados por internet”.

La visión de una maestra, su hija y una politóloga

Conversando con un amigo y sentada en una silla al lado de su hija estaba Maryori Ramírez. Ella es licenciada en lengua castellana, profesora del colegio Montessori y con orgullo nos proclama que tiene 34 años recién cumplidos. “Como lectura propia estoy leyendo el libro de Pablo Montoya ‘la sed del ojo’; me lo recomendaron ha sido para mí una obra de un descubrimiento interesante, porque es mirar el erotismo y la desnudez de la mujer desde una perspectiva artística y estética”.  En cuanto a sus estudiantes señala que les gusta los temas de sagas y lecturas para adolescentes con las que se sienten identificados, como los dramas de amor.  Sobre el evento conceptúa que: “es muy enriquecedor porque la gente viene aquí a encontrarse justamente con la lectura y con la palabra; es que es muy importante poder descubrir las palabras en los libros, porque ellas son posibilidades que nos da la imaginación para nosotros construir nuestros propios mundos y escaparnos de la realidad que tenemos”.

Su hija, Ana Sofía Montoya de 11 años, estudiante de quinto grado del colegio La Anunciación, no se perdió ni un instante de la breve conversación que tuvimos con su mamá y nos contó que: “me gusta leer cosas de amor, de fantasía y las novelas. Me deleito con los libros porque uno puede descubrir cosas nuevas, entrar a mundos y salir de la realidad; aquí he venido varias veces y me parece muy bueno porque uno puede comprar los libros que quiere, aunque a mis amiguitos no les gusta leer”, concluye en medio de risas.

Nuestra última encuestada la vimos sentada sola en una silla, un poco apartada de la gente. Su nombre es Natalia Vásquez, una joven politóloga, especialista en Gerencia de Proyectos, quien presta sus servicios a la Alcaldía de Itagüí. “Me estoy leyendo Cien años de soledad de Gabriel García Márquez. No lo había leído antes.  Me parece encantador el tema de los símbolos de esta historia tan intrincada con toda esa sucesión de Arcadios y José Arcadios, que a veces es un poco confusa, pero el libro es de una edición conmemorativa de los 50 años y trae el árbol genealógico de toda la familia, que en algunas partes me he tenido que devolver a mirarlo para no perderme, pero el relato lo atrapa a uno”. 

Esta chica de 33 años de edad asegura que lo que más prefiere leer son los llamados clásicos de la literatura. “Me gustan los temas de política, aunque no tengo un género específico; leí Crimen y Castigo y los cuentos de Dostoievski, Rayuela de Cortázar y antes de Gabo, leí Frankenstein de Mary Shelley, que es algo totalmente diferente y con un lenguaje de la época”.  Calcula que en el año se devora cerca de diez libros y sobre esta Fiesta del Libro y la Cultura declara que: “es genial y cuando venía para el Jardín Botánico pensaba que esto debería estar disponible todo el año, para uno venir y tener más accesibilidad a la lectura”.

Edades diferentes y gustos variados en materia de lecturas, que deja la sensación de que cada vez se lee un poco más.  Lo que sí, es que hay un concepto generalizado sobre la importancia que tiene para la gente y para la ciudad esta Fiesta del Libro y la Cultura, como sitio de encuentro, como espacio para la lúdica y la imaginación, como motor de reactivación emocional y económico y cuya edición número 15, llega a su punto final -luego de tenernos sumergidos durante diez días en una trama digna de la mejor novela- con un balance que superó las expectativas de sus organizadores.