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La escritora colombiana Yolanda Reyes es una de las invitadas especiales al primer Festival del Libro Infantil de Medellín, que empezó este jueves, 27 de febrero, y va ...
La escritora colombiana Yolanda Reyes es una de las invitadas especiales al primer Festival del Libro Infantil de Medellín, que empezó este jueves, 27 de febrero, y va hasta el domingo 2 de marzo. Es experta en educación, fomento de la lectura desde la primera infancia y, entre su obra, hay literatura infantil y juvenil. Conversamos con ella en Parques del Río, la casa del festival.
Nació en Bucaramanga en 1959. Es licenciada en Ciencias de la Educación y tiene un posgrado en Lengua y Literatura Española. Además de escritora, es columnista del diario El Tiempo de Bogotá.
Uno de sus grandes temas de estudio es la promoción de la lectura desde la primera infancia. Ha dirigido la colección de literatura infantil Nidos para la lectura de la editorial Alfaguara y fue una de las fundadoras de Espantapájaros, proyecto que dirige desde 1990. Espantapájaros ofrece librería, jardín infantil y talleres alrededor del arte y la literatura desde la primera infancia.
En la mesa principal de la inauguración del Festival del Libro Infantil de Medellín, de izquierda a derecha, el secretario de Cultura Ciudadana, Santiago Silva; la primera dama, Margarita Gómez; el embajador de Finlandia (país invitado al primer Festival del Libro Infantil de Medellín) en Colombia, Antti Kaski, y la escritora Yolanda Reyes.
Yolanda ganó el Premio Iberoamericano SM de Literatura Infantil y Juvenil por el conjunto de su obra y el Premio Noveles Talentos de Fundalectura por El terror de Sexto “B”. Conversamos con ella en Parques del Río, la casa del primer Festival del Libro Infantil de Medellín.
¿Qué significa que Medellín haga su primer Festival del Libro Infantil?
“Significa muchas cosas. Un sueño cumplido, mucha gente, un tejido de muchos sueños en realidad, muchos textos debajo del texto y, además, que se junten todas estas palabras, niños, niñas, río, parques, árboles, Medellín. Todo lo que está en peligro en este momento, es como una gran arca en la que se reúnen muchas palabras en peligro y muchas posibles experiencias. Hay que pensar en lo que va a pasar en estos cuatro días, en toda la gente que quizás se va a encontrar con un libro que lo va a hacer lector o que le va a decir cosas que no sabía que sabía. Entonces, todo eso significa, como la gente que sigue creciendo, el mundo de lo sensible y de lo sensorial y de los libros físicos y de toda la cadena del libro que sigue siendo muy importante”.
¿Usted por qué decidió enfocarse en literatura infantil y juvenil?
“No, no decidí y no me enfoco de hecho, yo escribo cada 15 días una columna de opinión en El Tiempo, escribo ensayos, he escrito novelas. Digamos que sí empecé escribiendo libros para niños y me muevo mucho en un espectro muy grande. Digamos que podría contestarte porque me interesa la infancia todavía y me interesó la propia infancia. Creo que los que escribimos para niños, de alguna manera seguimos contándonos cosas que necesitamos que nos hubieran contado”.
¿Cómo se enamoró de la literatura?
“En mi casa había biblioteca, mis padres eran muy lectores, mi abuela me contaba historias. Los libros estuvieron cerca siempre y eso es lo que me interesa que tengan todos los niños y las niñas, porque cuando eso sucede, ahí está todo. Es un entorno natural cuando los libros hacen parte de la vida”.
Un mensaje para los niños de Medellín
“Gracias a los niños y a las niñas de Medellín; gracias por haberme leído; gracias porque aquí fue la primera vez que yo hablé de El terror de Sexto ‘B’ cuando era un manuscrito, y unos niños que ya deben tener, no sé, más de 30 años, me enseñaron el verbo pasteliar cuando yo leí El día en que no hubo clase, y hablamos de Frida y hablamos de los besos. Y fue el primer lugar en el que yo sentí que un libro funcionaba y que podía llegar a otros lectores, y sigo pensando eso cuando vengo a Medellín: que vale la pena seguir escribiendo”.