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El Día Internacional del síndrome de Down se conmemora desde el 2006, cada año, el 21 de marzo y fue reconocido por la Organización de las Naciones Unidas -ONU- el 19...
El Día Internacional del síndrome de Down se conmemora desde el 2006, cada año, el 21 de marzo y fue reconocido por la Organización de las Naciones Unidas -ONU- el 19 de diciembre de 2011. En Medellín, el programa Buen Comienzo ofrece una educación incluyente, para que niños y niñas tengan la posibilidad de crecer sin barreras. La historia de María Celeste es un ejemplo de esto.
“¡Mamá!”, dijo María Celeste por primera vez y Elizabeth rompió en llanto. No solo por la emoción de escuchar su primera palabra, la más anhelada para una madre, sino porque le recordó el día, tres años atrás, cuando los médicos dieron un pronóstico desalentador de su hija:
“Me dijeron que iba a ser una niña parapléjica, pero la verdad es que ahora nadie la detiene, me dijeron que no iba a hablar, y ahora me llama mamá. Y todo esto lo aprendió en Buen Comienzo”, cuenta emocionada Elizabeth Vásquez.
Según Naciones Unidas, se estima que en el mundo uno de cada 1100 bebés nace con síndrome de Down y María Celeste fue parte de ese porcentaje de personas nacidas con este síndrome que es una alteración genética causada por la existencia de material genético extra en el cromosoma 21 que se traduce en discapacidad intelectual. Pero para Elizabeth, “ella es lo más especial y lo más lindo que nosotros tenemos”, añade con un suspiro.
Buen Comienzo es un programa de la Alcaldía de Medellín en el que las niñas y los niños dan sus primeros pasos, tienen la posibilidad de crecer sin barreras y, como María Celeste, pronuncian sus primeras palabras.
La inclusión en la primera infancia de Medellín avanza con pasos firmes. Gracias a la incorporación de las agentes educativas educadoras especiales, la atención a niñas y niños con discapacidad ha aumentado significativamente en los últimos años, pasando de 253 casos identificados en 2023 a 1726 entre 2024 y lo que va de 2025.
A través del modelo de atención sin barreras se ha garantizado el acompañamiento, la adaptación de experiencias pedagógicas y la creación de entornos más accesibles para el desarrollo integral de la niñez.
Fruto de este compromiso, 60 niñas y niños con síndrome de Down han sido incluidos en diferentes centros y jardines infantiles, entre ellos se encuentra María Celeste quien representa el impacto real de una educación verdaderamente inclusiva.
La energía imparable de María Celeste ha contagiado a todas las agentes educativas del programa Buen Comienzo en el centro infantil Escuela Hermana Alcira Castro Osorio, ubicado en el barrio Santo Domingo Savio.
“María Celeste es un claro ejemplo de que el síndrome de Down no es una barrera. Ella es una niña independiente, autónoma en su diario vivir que nos pone a correr a todas”, comenta entre risas Leidy Johanna Ortiz, agente educativa educadora especial. Según Ortiz, el avance de su desarrollo ha dado frutos en menos de un año gracias al acompañamiento de su familia.
“Ella ha aprendido a seguir instrucciones, participar en las experiencias, manejar rutinas diarias de manera autónoma, ya consume alimentos sola y controla sus esfínteres”, añade Ortiz.
Ferney de Jesús Carmona, es el papá de María Celeste y vive tan orgulloso de su hija que decidió crear un emprendimiento en su nombre: ‘Las cremas de María Celeste’, una marca de helados que se convirtió en el sustento económico de toda la familia.
“Gracias a Buen Comienzo mientras nuestros hijos están aprendiendo y alimentándose bien, los padres tenemos aún más tiempo de trabajar. Ella es y será mi inspiración, me motiva a salir a trabajar a pesar de los días más fríos donde la venta de helados cae, pero ella me levanta, sobre todo cuando llega feliz de Buen Comienzo y ve su foto en los helados”, concluye Ferney.