La niñez silletera de Santa Elena: un legado hecho tradición

Son las flores el motivo que embellece esta fiesta, que invita a la unión en torno a la tradición de una ciudad rodeada de montañas y de estirpe campesina. Aquí se vive  la tradición silletera  con amor, respecto y en comunidad. Y son los niños y niñas de Santa Elena los encargados de prender la fiesta y de ser herederos de esta bella tradición, que ha traspasado fronteras. Allí, en el corregimiento Santa Elena, uno de los cinco que tiene Medellín, es donde inicia la fiesta de la Feria de las Flores, con su tradicional Desfile de Silleteritos organizado por la Corporación de Silleteros de Santa Elenea.

Se realizó la versión número 26.° del tradicional Desfile de Silleteritos de Santa Elena. Esta vez participaron 342 niños y niñas que con orgullo y mucha satisfacción, recorrieron la calle principal desde el Liceo de Santa Elena, hasta el parque principal. Estas calles se vistieron de fiesta, color, alegría, familia, entusiasmo y de unión en torno a esta fiesta llena de tradición y legado. Una rica herencia cultural que pasa de generación en generación e inicia con la niñez.

Así comienza la historia de muchos niños y niñas en este Desfile de Silleteritos, una tradición ancestral que los hace soñar en ser grandes y en mostrar su legado ante la ciudad y el mundo en este desfile. Ellos inician en el corregimiento de Santa Elena -apoyados por sus padres, familiares y amigos- pero con el anhelo de recorrer algún día las calles de Medellín con su silleta sobre sus espaldas representando a su familia y llevando esta bella tradición con sus sus trajes típicos antioqueños. Su destreza hace gala de su creatividad a través de los  diseños de sus silletas que varían desde patrones geométricos, hasta símbolos culturales y dibujos animados.

Durante el desfile, estos niños y niñas de Santa Elena llevan con orgullo sus silletas.

Guadalupe García Atehortúa, su madre y primas

Guadalupe García Atehortúa, participa del Desfile de Silleteritos con un vestido que se denominó “El legado de Anita” Es en ese atuendo -que demoró días en su concepto y desarrollo- que se plasmó la historia de Anita, la abuela de Guadalupe, una de las mujeres pioneras en vender flores en Medellín.

También hay sueños por cumplir para mostrar la tradición y belleza silletera ante el mundo como cuenta Marianel Jaramillo “Me gustaría ser silletera para mostrarle a la gente todo lo buenos del corregimiento Santa Elena y que aprecien todas las flores bonitas que hay”.

Marianel Jaramillo

Es la unión familiar, el amor por una tradición y la creatividad que se unen en torno al reconocimiento de los ancestros que han dejado en los corazones santaelenenses el respeto, el cuidado, el trabajo, la pasión por la naturaleza y de ella sacar lo mejor: su belleza, que hoy es motivo de celebración, de orgullo y de recuerdos de abuelos y bisabuelos que abrieron camino para que esta tradición no muera y al contrario se avive cada día más en los pobladores de este corregimiento.

Cindy y Josué

Cindy Rodríguez y su hijo Josué

Como Cindy Rodríguez y su hijo Josué, habitantes de Santa Elena, de la vereda La Palma. Ella con dedicación, recordando a sus abuelos y bisabuelos y como madre orgullosa inicia desde ya a Josué en esta tradicional Fiesta de las Flores, con un arreglo floral de su coche. “Josué presenta mucha afinidad por los animales y por eso deciden hacer un oso panda. El oso panda riega semillas en los bosques y hace que la vegetación crezca”.

Este 26.° Desfile de Silleteritos es un escenario que brinda a las nuevas generaciones la oportunidad de comprender el valor tanto del trabajo agrícola y artesanal. Un evento que contribuye al fortalecimiento de su sentido de identidad y al amor por sus raíces, garantizando esta tradición con el compromiso con su patrimonio cultural.

Luego de finalizar el desfile, los niños y niñas se sienten más héroes que nunca y sus padres , muchos de ellos silleteros, no caben de orgullo y de tranquilidad al saber que su legado, su herencia, sus costumbres y sus valores, están asegurados para el futuro en las mejores manos que pueden existir: los niños y las niñas silleteritas de Santa Elena.