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Los Fondos Sapiencia de la Alcaldía de Medellín siguen beneficiando a jóvenes de la ciudad que quieren continuar sus estudios universitarios y que no cuentan con los recursos económicos necesarios para este fin. Y para Kevin, un habitante de la zona rural de nuestra ciudad, en el corregimiento San Cristóbal, haber sido seleccionado como beneficiario de este programa, se convierte en la oportunidad para cumplir su sueño de ser profesional.
A las cinco de la mañana suena la alarma del celular. Guillermo León Múnera Lopera se desliza de la cama con la disciplina de siempre para iniciar una nueva jornada en los cultivos de cebolla del corregimiento de San Cristóbal. Con la ‘bendición de Dios’, este campesino de Medellín ha sabido sembrar esfuerzos y cosechar oportunidades para su familia, sin permitir que las dificultades entierren sus ganas de salir adelante.
A sus 50 años de edad, de contextura robusta, mejillas coloradas curtidas por el sol, piel blanca y cabello rojizo, de botas pantaneras, un jean entierrado y camisa leñadora, Guillermo encuentra su mayor motivación en su familia, su esposa Lina Marcela Céspedes González y sus dos hijos: Kevin, de 19 años, y Sofía, de 17.
Pero hoy la felicidad en su hogar tiene un motivo especial: Kevin, su hijo mayor fue seleccionado como uno de los 620 nuevos beneficiarios de los Fondos Sapiencia brindados por la Alcaldía de Medellín para acceder a la educación superior. En este 2025, Kevin inicia su camino universitario, para convertirse en el primer profesional de su familia.
Un sacrificio en el campo
Desde muy temprano, mientras el gallo anuncia un nuevo día, don Guillermo se prepara para su jornada en La Cuchilla, una empinada zona rural del corregimiento San Cristóbal. Allí, en una finca donde labora como empleado, siembra, cultiva y recolecta cebolla común y veleña en una colina de 2000 metros cuadrados.
Mientras ata con cabuya un manojo de 15 kilos y lo pesa en la balanza, comenta: “Uno siempre busca la mejor matica, que se vea bonita. Eso es una malicia”, dice con una sonrisa mientras pule y calcula que, antes del mediodía habrá preparado al menos 15 manojos, es decir, unos 225 kilos de cebolla larga listos para ser enviados a plazas y tiendas de Medellín y el área metropolitana.
Aunque no gusta del sabor de la cebolla, el verdadero sacrificio de Guillermo no está en la mesa, sino en los tiempos de trabajo. Durante el día mientras desarrolla sus labores, su hijo Kevin se ausenta para dedicarse al estudio hasta altas horas de la noche, de lunes a viernes.
El primer universitario
Desde la cima de una colina, con la vista puesta en los sembrados que recorre cada semana, a Guillermo se le entrecorta la voz al hablar de su hijo. “Se cosecha el primer profesional de la familia”, dice con orgullo. Y no es para menos.
Criado en San Pedro de los Milagros junto a sus seis hermanos, en total cuatro hombres y tres mujeres, ninguno de los cuales terminó la secundaria ni accedió a la educación superior, Guillermo apenas alcanzó a cursar hasta quinto de primaria en una escuela rural de la vereda Buenos Aires, en el municipio de San Jerónimo, de cuyo nombre no se acuerda.
“Ya la Alcaldía le está ayudando a Kevin, que eso para uno es mucha ayuda porque uno aquí se sostiene con lo de la casa y lo que uno les pueda colaborar, pero para uno darles ese estudio uno no es capaz. Pero como el muchacho quería le dije: Hijo, hay alternativas, hay opciones, toquemos puertas y gracias a Dios se nos dio”, reconoce don Guillermo.
Fotos familia Kevin
Cuando Kevin expresó su deseo de estudiar una carrera, su padre sintió miedo. “A uno le daba susto que escogiera algo tan costoso que no pudiéramos pagar”, confiesa. Pero los sueños de su hijo pesaron más que las preocupaciones. Al enterarse de la existencia de los Fondos Sapiencia, Kevin aplicó y fue seleccionado en 2024. La alegría de la noticia fue indescriptible.
“Le agradezco mucho a la Alcaldía de Medellín y a Sapiencia por esa oportunidad que le han dado a mi hijo y que sigan apoyando a los jóvenes porque es algo muy bonito para ellos salir más adelante, tener un mejor progreso y estamos muy agradecidos”, expresa.
Kevin, el futuro ingeniero
Con la meta clara, Kevin eligió el pregrado de Ingeniería Financiera en la Universidad de Medellín. Su objetivo: manejar las cuentas del hogar y asegurarse de tener una mejor oportunidad laboral en el futuro. Gracias al programa Fondos Sapiencia, contará con el pago de matrícula y un apoyo de sostenimiento de hasta 5,5 salarios mínimos mensuales legales vigentes durante toda la carrera.
“Uno sabe que se inscribe mucha gente, porque en mi familia también había personas que se inscribieron y no han podido pasar. Que también uno lo entiende porque son muchas personas las que quieren acceder a esta beca. Cuando me seleccionaron quedé muy impresionado por quedar entre mucha gente. Uno tiene muchas ansias porque para muchos es la única opción para ingresar a la educación superior”, agradeció Kevin Múnera Céspedes.
Los Fondos Sapiencia
Del total de beneficiarios, 245 ingresarán con recursos de Presupuesto Participativo, 203 a través de recursos ordinarios y 172 con la beca Mejores Bachilleres.
Para el primer semestre de 2025, Sapiencia ha destinado más de $45 000 millones para financiar el acceso, la permanencia y la graduación de jóvenes en universidades no oficiales. Se asignaron $15 231 millones para Presupuesto Participativo, $12 348 millones en recursos ordinarios y $17 000 millones para Mejores Bachilleres.
Mientras Kevin inicia su camino en la universidad, su padre, Guillermo, sigue recorriendo las colinas de cebolla en el corregimiento San Cristóbal de Medellín con el orgullo de quien, con trabajo y sacrificio, ha labrado el futuro de su hijo y su familia.