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Cuando suenan los sueños, suena la vida y con ella Suenan los Territorios en Medellín

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Medellín en Historias | Secretaría de Comunicaciones | Secretaría de Cultura Ciudadana
Por: Sandra Milena Olarte Muñoz. Editor: Alonso Velásquez Jaramillo |

“Canté una ranchera como solista. Sentí algo de nervios pero estaba como en otro mundo. Fue una experiencia muy buena al final, con los aplausos de los papás y mis c...

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  • “Canté una ranchera como solista. Sentí algo de nervios pero estaba como en otro mundo. Fue una experiencia muy buena al final, con los aplausos de los papás y mis compañeros de coro; además conseguí varios amigos. Lo disfruté mucho”, así describe Luis Fernando Ossa Agudelo su primera presentación en “Suenan los Territorios. 

    El protagonista es Luis Fernando, el escenario el auditorio del parque biblioteca Belén y el capítulo Suenan los Territorios; uno de los múltiples de una historia que va más allá de la música porque se ha transformado en un estilo de vida para el personaje principal y para su familia.

    “A él siempre le gustaron mucho los instrumentos y cantar desde bebé. Cuando vio la película Coco dijo que quería tocar la guitarra y cantar. Arrancó con una guitarra prestada de un primo, le contratamos un profesor particular, vimos que le gustaba y estaba muy enfocado entonces decidimos comprarle una y arrancamos. Cuando se presentó la oportunidad de ingresar a la Red de Músicas lo hizo”, cuenta Isabel Agudelo, madre de Luis Fernando.

    Parque Biblioteca Belén

    Parque Biblioteca Belén

    La escuela del parque biblioteca de Belén, ubicada en la comuna 16 de Medellín  fue el espacio seleccionado para  acoger, hace más de cinco años, a este sincero, centrado y ecuánime hijo único y a sus padres Andrés Ossa e Isabel.

    Un administrador de empresas y una ingeniera industrial a la que desde niña le han gustado las actividades lúdicas y el canto; por eso pone todo su empeño para que Luis -un adolescente de 16 años- desarrolle su talento y se fortalezca en lo que lo hace feliz.

    La música como instrumento terapéutico

    “Sabía de la Red de Músicas hace mucho tiempo por un profesor de música que yo tenía. Le había dicho que me gustaría que Luisfer empezara a explorar esa faceta, entonces me dijo que por qué no lo metía a las escuelas, pero estábamos viviendo un proceso de salud con él”, relata Isabel.

    Red de Músicas – Parque Biblioteca Belén

    A los tres años de edad, el matrimonio Ossa Agudelo identificó movimientos inusuales en las extremidades de su hijo e iniciaron un largo proceso con diferentes profesionales de la salud: pediatra, neuropediatra, psiquiatra, psicólogo y neuropsicólogo.

    Después de un extenuante recorrido que incluyó diagnósticos errados, estos abnegados padres hallaron el correcto: síndrome de Tourette (trastorno neurológico que genera tics motores y/o fónicos), dispraxia (alteraciones psicomotrices con el manejo del espacio y movimiento) y dislexia (dificultad de aprendizaje que afecta la lectoescritura).

    Sin barreras

    A pesar de este diagnóstico, para Luis Fernando no existen barreras en su propósito por avanzar en la música, por el contrario, esta le ha ayudado mucho. Si bien los tics (movimientos involuntarios) ha logrado controlarlos con medicación y la edad; tocar la guitarra también ha influido, así lo reconoce su mamá: “ha habido épocas en las que ha tenido muchos tics, se sienta a tocar la guitarra y por cosas de la vida desaparecen”.

    Luis Fernando Ossa Agudelo en sus inicios con la guitarra

    A nivel profesional la disciplina es la mayor virtud que aprecia Ossa Agudelo en el mundo de la música y por eso se empeña día a día en perfeccionarla. En lo personal destaca que “la mayoría de la gente en la escuela es respetuosa. Llega alguien con un síndrome o un déficit y no se burlan sino que lo entienden. Siento que no es casualidad, sino que es por la profesión, como que la música también enseña respeto”. 

    El arribo a la Red de Músicas 

    “Cuando llegué a la Red estaba muy emocionado. En la escuela tuve épocas de bullying por mis tics, entonces siempre estaba nervioso, pero cuando llegué la gente era muy sociable y me entendía mucho con ellos. Tienen tanto respeto porque nos dedicamos a la música y todos tenemos el mismo lenguaje. Eso es algo que me gustó mucho”, explica Luis.

    Isabel también tiene una visión al respecto: “es un espacio en el que ha conseguido amistades que son duraderas, chicos de muy buenos sentimientos y buenas actitudes, muy similares a él. Son chicos buenos que es para mí lo más importante”. 

    Con esa carta de presentación inició el proceso de formación de Luis Fernando en una de las 27 escuelas de la Red de Músicas, un programa de la Secretaría de Cultura Ciudadana de la Alcaldía de Medellín con presencia en las diferentes comunas y corregimientos de la nuestra capital, que a lo largo de 28 años ha trabajado con el objetivo de generar y fortalecer procesos de convivencia y cultura ciudadana, mediante la formación de niñas, niños, jóvenes y sus familias, a través del disfrute y el aprendizaje de la música.

    “Un día salía de un centro comercial, vi un tipo tocando el chelo, me gustó mucho la sonoridad y la metodología del instrumento y fue por eso que elegí ese y no el violín, la viola o el contrabajo”, comenta.

    Luis Fernando Ossa Agudelo en sus inicios con el chelo

    Así tomó la decisión de aprender a tocar el violonchelo en la Red de Músicas, arte que continua perfeccionando hasta hoy en este programa y del  cual espera hacer su mejor demostración en una de las presentaciones que dará en Suenan los Territorios.

    Suenan los Territorios

    Esta es una estrategia que le permite a las 27 Escuelas de Música y tres Agrupaciones Integradas del programa Red de Músicas de Medellín mostrarle a la ciudad, por medio de muestras territoriales, el proceso formativo de 5800 niños, niñas, adolescentes y jóvenes aproximadamente. 

    “El simple hecho de uno ver gente con más experiencia que uno lo anima a mejorar para llegar algún día a ese nivel y ver a los niños también motiva porque es darse cuenta que ha avanzado y ellos también van a avanzar. Es una experiencia muy bonita.

    “Este año mi expectativa en Suenan los Territorios es superar la versión anterior, mejorar en el chelo y en la lectura de partituras. Siento que he ido avanzando en eso”, afirma de manera contundente Luis Fernando. 

    Isabel, como madre que juega un rol activo en el proceso formativo de su hijo, también tiene expectativas, pero enfocadas en la proyección social: “espero que la estrategia cada vez tenga mayor cobertura para que haya mayor proyección y conocimiento en la ciudad sobre la Red de Escuelas de Música.

    Luis Fernando Ossa Agudelo y sus padres

    “Es un concierto en el que los chicos le meten mucho ánimo, llegan con la expectativa de poder lucirse, mostrarse y nosotros también, como escuela, es una forma de decirle a la comunidad acá estamos, esto es lo que hacemos y es la labor por la que venimos trabajando: los formadores, la parte administrativa, los chicos y los papás”.

    Luis participará en Suenan los Territorios con dos presentaciones: el 29 de julio en el teatro de la Universidad de Medellín con el Coro de las Integradas y el 5 de agosto en el parque biblioteca de Belén con la presentación de la escuela de música tocando el violonchelo, su instrumento de estudio y capacitación principal.

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    Jóvenes en las Casas de Música de Medellín

    Desde el pasado 15 de julio y hasta el 23 de agosto, las personas podrán disfrutar de este recorrido sonoro en las Casas de la Cultura, en los parques biblioteca, en la Casa de la Música, en las instituciones educativas y en las parroquias, la programación completa se puede consultar en: https://redmusicamedellin.org/suenan-los-territorios/

    Suenan los instrumentos y resuena la vida

    El itinerario semanal de Luis Fernando está centrado en su proceso académico y en la Red de Músicas con clases de orquesta los días lunes y jueves, de violonchelo los miércoles y el sábado de 9 de la mañana a 4:30 de la tarde de coro; la parte preferida de su formación musical.

    “Nos encanta porque día a día vemos el disfrute de él hacía la música, vemos cómo le gusta practicar, prepararse, cómo disfruta el escenario, cómo le gusta hacer sentir bien a los que no tienen ese bagaje, le gusta superarse, ensayar,  trabajarlo y se preocupa por hacerlo bien”, expresan los orgullosos padres.

    Luis Fernando Ossa Agudelo y su evolución musical

    Este joven amante del rock and roll y el pop ha encontrado en el mundo musical un estilo de vida que ha trascendido las fronteras de la Red de Músicas y lo ha llevado hasta la Institución Educativa Benjamín Herrera donde cursa grado octavo.

    Con banda y todo

    En septiembre del año pasado Luis y un compañero de la Red de Músicas de la escuela ubicada en el barrio Trinidad, hallaron en su colegio lo que para ellos era un tesoro escondido: una guitarra eléctrica, dos bajos eléctricos, tres amplificadores y una batería.

    Sin dudarlo le hicieron limpieza a los instrumentos, pronto se sumó al grupo otro estudiante que se encuentra en proceso formativo en la Red, decidió tocar la batería y eso bastó para que la magia musical los inspirara a conformar una banda.

    Benjamin little band y Luis Fernando en sus inicios

    Benjamin Little Band @BENJAMINLITTLEBAND es el nombre de la agrupación que canta música pop y en la que Luis Fernando hace la guitarra principal y la voz masculina y los otros cuatro integrantes se distribuyen así: segunda guitarra, baterista, bajista y voz femenina.

    “Empezamos, hicimos conciertos en la escuela, en la graduación de once y en la cancha Marte 1. Lo que me gusta de la banda es poder decir: esto lo hicimos solos. No tuvimos que depender de alguien, lo cual me gusta mucho, me emociona y me hace muy feliz con mis compañeros”, expresa optimista Luis.

    Benjamin little band

    La cualidad que más admira Isabel como músico en su hijo es la de ser autodidacta en aspectos como el aprendizaje de la guitarra, liberarse de cualquier límite mental y explorar diferentes facetas.

    “A un compañero de la banda lo ha ayudado a capacitarse en la guitarra. Él ya compone, tiene unas cuatro o cinco composiciones. Nosotros le echamos la mano revisando pero la parte musical es toda suya. Le ayudamos organizándole el Instagram @LUISFER200806, le montamos las canciones. 

    Se inscribió como compositor en Medellín Music Lab, entonces todo eso es lo que a mí me gusta, que él no tiene límites. Va explorando, se mete, cacharrea, busca, monta y llega donde quiere llegar”, manifiesta Isabel.

    La proyección: ser mejor

    La meta más cercana de Luis Fernando es ser parte de los 250 mejores jóvenes de la industria musical y continuar en el proceso de la convocatoria de la alcaldía: Medellín Music Lab, la cual tiene como objetivo descubrir y promover el talento musical emergente con oportunidades de formación, visibilización y desarrollo profesional para intérpretes, productores, compositores, directores, marketeros, legal managers y audiovisuales.

    Luis Fernando Ossa Agudelo

    Cuando piensa en el futuro, la proyección musical es su proyecto de vida, por eso no duda en manifestar: “yo sueño con ser profesional en guitarra, chelo y canto. Explorar nuevos instrumentos y aprender más. Poder dedicarme a la música y vivir de ella. A nivel personal siempre intentar superarme, siempre ser mejor de lo que soy y no mejor que otro; eso es algo muy importante”.

    El rol activo de la familia

    “Mi experiencia en la Red de Músicas es maravillosa porque conforme pasa el tiempo los padres hemos tenido un rol más activo. Empezamos a hacer consciencia de que hay una corresponsabilidad y no es solo sentarnos a esperar que la alcaldía pague todo; sino que también es nuestra responsabilidad  acompañarlos a las escuelas, a las actividades, asistir a sus conciertos y generar los espacios para que ellos practiquen su instrumento. 

    Las escuelas no solo son lugares para ir a tocar o para ir a hacer música. Es un espacio donde también hay un proyecto pedagógico muy interesante que disfrutamos”, narra emocionada Isabel.

    Una comprometida y apasionada madre que, junto con un equipo de padres, apoyan activamente aspectos logísticos de la Escuela de Música del parque biblioteca de Belén, con el fin de que los formadores se concentren en el proceso formativo de los 260 estudiantes que hacen parte de esta sede dedicada a la enseñanza de instrumentos de cuerda frotada (violonchelo, violín, viola y contrabajo).

    “Es que si uno se pone a hacer la cuenta, yo que he pagado clases particulares, el valor económico, social y pedagógico que tienen intrínseco las clases es muy alto. Luisfer en semana puede tener 20 horas de clase de música entre: chelo, la preorquesta, coro, el aula para practicar el violonchelo y el instrumento asignado; eso tiene un alto costo”, señala la señora Agudelo.

    Toda la familia se involucra

    El rol va más allá de su apoyo como mamá. Los conciertos son la actividad preferida de la familia y por eso siempre están atentos: abuelos, tíos, tía, prima, amigos y la docente de apoyo del colegio para ir a verlo en el escenario; un aspecto fundamental para Luis porque se siente respaldado.

    “Lo que más me gusta es el disfrute de él y de nosotros. Toda la familia sale con el pecho hinchado de orgullo y feliz cuando va a verlo porque lo hace muy bien. Como padres, cuando lo vemos en escena sentimos que encontramos el espacio donde Luisfer es feliz”, concluye orgullosa Isabel, la mamá de este talento.


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